A un paso de la triste senectud
Calculo que ha estas alturas ya te ha pasado que sales un día con tu madre a un lugar en el que ella es habitué, y que te encuentres con una persona entrada en años. Si, hablo de la amiga adorable que te mira con añoranza y no se contiene de decir "¿Éste es el bebé?" A lo que con dulzura tiene que responder la figura maternal en cuestión... "Si, es éste" Acotando por supuesto algún dato sobresaliente de lo que hallas hecho en tu vida, y cerrando con una referencia a tu edad. La anciana (Permítanme tomarme la libertad de decir que es una señora entrada en años) seguro que completa la situación con "¿.... años tiene ya? Como pasa el tiempo. Pensar que yo lo tuve en brazos" (Ojo, hay variantes pintorescas como "Pensar que yo lo vi nacer" o "Si parece que fue ayer cuando le andabas cambiando los pañales")
En fin, incluso se hará referencia a alguna de esas cosas bochornosas que hacíamos de infantes, esas que nuestra inconsciencia nos promovía a realizar en público. Tengo una teoría de que lo infame de la situación es directamente proporcional a la cantidad de espectadores que buscamos, pero me cuesta demostrar que para ese entonces pudiéramos manejar algo tan complejo como una regla de tres... No desvarió más. La cuestión es que esto te debe haber pasado o que por lo menos a mi me pasa con frecuencia.
Pero mi entrada no apunta a esto, porque lo más probable es que alguno de tus mil conocidos ya lo haya contado, que recalcara este hecho de manera jocosa o lo cerrara con una conclusión disparatada. Avise que no suele ser muy original. El motivo de mi congoja es que a estas alturas de mi vida me he convertido en el equivalente masculino de esa señora. ¿Por qué?, bueno, me gustaría hacer responsable al primer agente externo que se me venga a la mente, pero no es posible. Los únicos responsables son el maligno universo en el que vivimos y mi desafortunada buena memoria. El otro día voy a la farmacia y me atiende la hija de la dueña (dieciséis o diecisiete años) y le pregunto a su madre... "¿Esta es Fulanita?" "Claro, ya tiene.... añitos" "Que increíble, pensar que yo venía con la abuela y tu la tenías en brazos. ¿Te acuerdas cuando le hizo provechito en la cara a la señora de la carnicería? La mujer no lo podía creer" Y cuando vi la mirada exasperada de la criatura me dije... Hermano, sos oficialmente un viejo. Lo empecé a dudar cuando los niños en el ómnibus me cedían el asiento o me llamaban señor, pero esto me lo confirma. Bienvenida triste senectud, adiós juventud desenfrenada.
Dedicado a mis dos lectoras firmantes y a todos mis amigos imaginarios
En fin, incluso se hará referencia a alguna de esas cosas bochornosas que hacíamos de infantes, esas que nuestra inconsciencia nos promovía a realizar en público. Tengo una teoría de que lo infame de la situación es directamente proporcional a la cantidad de espectadores que buscamos, pero me cuesta demostrar que para ese entonces pudiéramos manejar algo tan complejo como una regla de tres... No desvarió más. La cuestión es que esto te debe haber pasado o que por lo menos a mi me pasa con frecuencia.
Pero mi entrada no apunta a esto, porque lo más probable es que alguno de tus mil conocidos ya lo haya contado, que recalcara este hecho de manera jocosa o lo cerrara con una conclusión disparatada. Avise que no suele ser muy original. El motivo de mi congoja es que a estas alturas de mi vida me he convertido en el equivalente masculino de esa señora. ¿Por qué?, bueno, me gustaría hacer responsable al primer agente externo que se me venga a la mente, pero no es posible. Los únicos responsables son el maligno universo en el que vivimos y mi desafortunada buena memoria. El otro día voy a la farmacia y me atiende la hija de la dueña (dieciséis o diecisiete años) y le pregunto a su madre... "¿Esta es Fulanita?" "Claro, ya tiene.... añitos" "Que increíble, pensar que yo venía con la abuela y tu la tenías en brazos. ¿Te acuerdas cuando le hizo provechito en la cara a la señora de la carnicería? La mujer no lo podía creer" Y cuando vi la mirada exasperada de la criatura me dije... Hermano, sos oficialmente un viejo. Lo empecé a dudar cuando los niños en el ómnibus me cedían el asiento o me llamaban señor, pero esto me lo confirma. Bienvenida triste senectud, adiós juventud desenfrenada.
Dedicado a mis dos lectoras firmantes y a todos mis amigos imaginarios
7 Me han dicho que...
1- tuteas a la de la farmacia???
eso si q es bien de viejo... sobre todo si te conoce de hace años.....
2- es una triste ralidad lo de que estos monstruos atrapados en el cuerpo de niños de 11 años te digan "señor" o en mi caso "señora"....XQ NO TE VAS A BAÑAR MIJITO!!!!!!......
3- gracias por la dedicatoria....
siempre al firme... yo :D
Estas hecho mierda che... hay algo que lo definirá todo: que hiciste la noche de la nostalgia?
Si la tuteo... no se porque es lo que me nace hacer
Lo que hacen los monstruos escolares no tiene nombre. Es aberrante desde cualquier punto de vista... "Señor, ¿tiene hora?" Para que quiere un mocoso de esos saber la hora... A esa edad solo hay tres opciónes que sean viables para librarnos de su molesta presencia: Hora de ir a la Escuela, Hora de estar atado y Hora de estar durmiendo.
En la noche de la nostalgía no me acuerdo que hice... Pasaron varios días y la memoria de hechos recientes a mi edad falla. En la noche de la nostalgía no me acuerdo que hice... Espero que halla estado bueno
esto es grave mathi!, tiene un solo nombre, y ese es Alzahimer...
o, sustancias alucinogenas, pero es TU 2.0, vos elegi cual te rinde
saludillos pal matheus!!!!! :D
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No te desanimes, hace unos meses un purrete me llamó doña. DOÑA!!! Le iba a pegar con el morral... pero se me hizo de vieja.
Seguí con el buen trabajo y ojo con ese Alzheimer que dicen que pega feo.
Te das cuenta que estos pequeños engendros no tienen ningun tipo de moral. Son inconscientes de todas las normas a seguir en una comunidad de personas civilizadas. Indignante.
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