Días temibles

Me cuesta creer en días como el de hoy que el mundo siga girando. Resulta que el sol descaradamente se esconde, que las estrellas guarangas muestran sus pequeños y lejanos rostros en el firmamento, y sobre todo, sobre todo que la melosa luna se balancee por encima de nuestras cabezas sin otro propósito que el de controlarnos.
¿Por qué? Bien, es muy simple, porque la humanidad ha perdido su rumbo, porque avanzamos lentos pero constantes hacia nuestra perdición. Como ya lo han dicho los fanáticos religiosos, mañana será el fin del mundo (Sí mañana no, pasado. Sí pasado no, traspasado .Sí traspasado no... Creo que mi punto quedo claro). Y los astros, ellos y el despiadado universo siguen su indefectible avance temporal, insensibles a nuestra triste situación.
Claro, siendo seres inteligentes deberíamos preguntarnos cuál es el causal de tanta desgracia. En que momento le dimos nuestro visto bueno a la tierra para que ingresara en este torbellino de destrucción y olvido. Pues sepan que lo decidió sola, ella dijo aquí me quedo, muchachos desabróchense los cinturones que vamos a terminar con el paseo de forma violenta.
Si van a decir, pero no nos aviso, se equivocan. Se encargo de mandarnos señales, de hacernos saber que ella había tomado esta decisión. Me gustaría enumerar alunas para que seamos conscientes de que nuestros días están llegando a su fin...
1) Los programas televisivos de concursos, el oprobio de las masas
2) La cumbia en general, verdadero flagelo que ha consumido la mente de muchos jóvenes
3) La sopa, ya lo ha dicho todo al respecto la profetiza Mafalda
4) Los avances tecnológicos con mente propia, si, aún tengo ese tipo de problemas
5) Las caricaturas de Maitena
Hay muchos indicadores más, por supuesto. Pero no olvidemos la más temible y evidente de todas... El hecho de que hoy los uruguayos hicieran cola para entrar al Mausoleo. Si, ya se, es un símbolo representativo de nuestro recientemente animado héroe nacional, pero también es un sótano en el que no hay más que una urna para ver...

En fin, me despido. Ojo, no estoy en contra del Mausoleo, orgulloso símbolo del patrimonio de nuestro pueblo, ¿pero hacer cola para entrar en vez de ir a un lindo museo? Vamos...