No todo lo que brilla es pirita
Resulta que el otro día, caminando al rayo del sol rumbo al supermercado caí en cuenta de que no todo en la vida es lo que parece. Fue ante esta epifanía que decidí que era momento de hablar de tan polémico tema como lo es el de la pirita. Pero vamos por partes...
Es en un día diáfano y veraniego cuando uno vive las situaciones más lamentables, esas que no nos interesa revelar a nadie. Porque entre el bochorno del calor y lo miserable del encuentro, uno sabe que es tan denigrante el asunto que mantendrá el secreto para siempre. Pero como siempre para mi es mucho tiempo he decidido compartir con el mundo la verdad de la milanesa.
Lo concreto es que rumbo al supermercado me encuentro con una vecina, muy amable la señora, pero desde el momento en que cruzó la acera debí saber que su interés no era saludarme sino satisfacer su sed de chusmerío, que me atrevo a decir es prácticamente insaciable. Con una sonrisa serena y una mirada despierta comenzó con esas preguntas que apuntaban a mi vida personal y las de mis allegados, sin hacerlo directamente. Por ejemplo, "¡Cómo llovió el otro día! ¿Te mojaste? No, digo, porque te vimos salir tan tarde de tu casa que dijimos con el viejo... ¿Dónde ira Belsebitas a esta hora?" Lógico que lo acompaña con una mirada expectante y cómplice, segura de que me ha engatusado para recibir una respuesta. Y al ver que ésta no llega, que solo obtiene evasivas y obviedades, ahí es donde la pirita se revela... Cruza y no se despide, no mira atrás, solo avanza indignada por mi falta de educación.
Luego, recorriendo góndolas, buscando el pasillo de las galletitas, ese que siempre se esconde o está en constante cambio, me topo con la acomodadora nueva. Linda chica, pero no tiene muchas luces... Tratando de dar con cierta línea de productos acudo sin dudarlo a ella, y me responde "¿Son estas qué estoy acomodando?" Lo peor es que lo hace sin ironía... "No, las que te digo tienen el paquete verde, y esas rojo" "Pero se llaman igual..." "No, la empresa es la misma pero las galletitas tienen diferente nombre" "¿Seguro que no son estas?" "Si, seguro. Pero no te preocupes, yo las busco" "¿Por qué no llevas estas mejor?" "Porque quiero de las otras..." "Bueno, pero si te arrepientes ya sabes donde encontrar las mismas pero con el paquete rojo" Y la deje, la deje con su delirio pseudo-filosófico centrado en los preceptos morales que nos impelen a no juzgar a las galletitas por su envoltorio. Lo que me dejo pensando, "Pero sin envoltorio tampoco son las mismas"
Despues de vagar un rato por el super di con las galletitas de envoltorio verde (Vale decir que el lugar es pequeño, pero se las ingenian para que en cada visita el consumidor viva una cruzada en la que se han de resolver miles de misterios.) y fui a parar a la caja. Allí me encuentro con la cajera, una muchacha de mirada torva pero que demuestra ser muy dulce y amigable, para ratificar nuevamente que no todo lo que brilla es pirita, sino que puede tratarse de oro o muchas otras cosas.
Bueno, espero que se hallan imaginado que iba a hacer una entrada referida a mis momentos más embarazosos, a los grandes ridículos que he cometido y me someterían al escarnio público. Pues los embrome, no pienso hacerlo. Seré jilguero, pero no como vidrio.
Es en un día diáfano y veraniego cuando uno vive las situaciones más lamentables, esas que no nos interesa revelar a nadie. Porque entre el bochorno del calor y lo miserable del encuentro, uno sabe que es tan denigrante el asunto que mantendrá el secreto para siempre. Pero como siempre para mi es mucho tiempo he decidido compartir con el mundo la verdad de la milanesa.
Lo concreto es que rumbo al supermercado me encuentro con una vecina, muy amable la señora, pero desde el momento en que cruzó la acera debí saber que su interés no era saludarme sino satisfacer su sed de chusmerío, que me atrevo a decir es prácticamente insaciable. Con una sonrisa serena y una mirada despierta comenzó con esas preguntas que apuntaban a mi vida personal y las de mis allegados, sin hacerlo directamente. Por ejemplo, "¡Cómo llovió el otro día! ¿Te mojaste? No, digo, porque te vimos salir tan tarde de tu casa que dijimos con el viejo... ¿Dónde ira Belsebitas a esta hora?" Lógico que lo acompaña con una mirada expectante y cómplice, segura de que me ha engatusado para recibir una respuesta. Y al ver que ésta no llega, que solo obtiene evasivas y obviedades, ahí es donde la pirita se revela... Cruza y no se despide, no mira atrás, solo avanza indignada por mi falta de educación.
Luego, recorriendo góndolas, buscando el pasillo de las galletitas, ese que siempre se esconde o está en constante cambio, me topo con la acomodadora nueva. Linda chica, pero no tiene muchas luces... Tratando de dar con cierta línea de productos acudo sin dudarlo a ella, y me responde "¿Son estas qué estoy acomodando?" Lo peor es que lo hace sin ironía... "No, las que te digo tienen el paquete verde, y esas rojo" "Pero se llaman igual..." "No, la empresa es la misma pero las galletitas tienen diferente nombre" "¿Seguro que no son estas?" "Si, seguro. Pero no te preocupes, yo las busco" "¿Por qué no llevas estas mejor?" "Porque quiero de las otras..." "Bueno, pero si te arrepientes ya sabes donde encontrar las mismas pero con el paquete rojo" Y la deje, la deje con su delirio pseudo-filosófico centrado en los preceptos morales que nos impelen a no juzgar a las galletitas por su envoltorio. Lo que me dejo pensando, "Pero sin envoltorio tampoco son las mismas"
Despues de vagar un rato por el super di con las galletitas de envoltorio verde (Vale decir que el lugar es pequeño, pero se las ingenian para que en cada visita el consumidor viva una cruzada en la que se han de resolver miles de misterios.) y fui a parar a la caja. Allí me encuentro con la cajera, una muchacha de mirada torva pero que demuestra ser muy dulce y amigable, para ratificar nuevamente que no todo lo que brilla es pirita, sino que puede tratarse de oro o muchas otras cosas.
Bueno, espero que se hallan imaginado que iba a hacer una entrada referida a mis momentos más embarazosos, a los grandes ridículos que he cometido y me someterían al escarnio público. Pues los embrome, no pienso hacerlo. Seré jilguero, pero no como vidrio.
15 Me han dicho que...
1. para evitarme el problema de buscar las cosas en el supermercado, esta mi vieja.
2. para evitar a las viejas chotas haciendo preguntas, me enchufo el mp3 al mango (en realidad lo hago para no escuchar los ruidos de la ciudad)
3. ta buena la reponedora? aca en el super cerca d casa hay una que se parte
Esta buena si, por eso me frene al momento de arrancar con la sarta de ironías que se me venían a la mente
Para no ennumerar:
a) Cada vez que leo un post nuevo tuyo aprendo alguna palabra nueva.
b) Es divertido responder evasivamente. Doy fe.
c)¿Qué galletitas serían?
de a cuerdo con yo se quien soy
muy beno
saludos
ine
rakka no te mientas, lo que estas haciendo es enumerar, solo que no usas numeros sino letras ;)
No, mentira, no te escucho, lalala.
Muy bueeeno !!!
le dejo saludos....
poooooooooo
y sigo esperando un nuevo post
aunque creo q si actualiza el blog no sera lo mismo...
saludos po
ine
ahhh ta se van a reir mucho mucho...si lo acepto soy tarada..si..pero lo vi y lo tenia q asumir....le deje a po su comentario a usted el de po...lo acepto lo acepto soy bien boba...perdon perdon..sepan disculpar a la nena con problemas..bhuuaaa
saludos
ine
Que horrible las viejas chusmas. No tienen nada para hacer. No tienen vida
pero...y a donde ibas??
el mp3 es la mejor solucion que encontro la ciencia al problema de las viejas chusmas, no entiendo porque no le dieron un nobel a la alma bondadosa que salio con tan gran idea!
COLUMNAAAAAAA NUEVAAAAAAAA!!!!!!!!!!
Pulpits... A estas alturas no me acuerdo
Ernest... Gran consejo el suyo. Esa es la solución... "No te escuche, iba con el mp3"
Gallego... Ya salió la columna nueva :D
pero acordate, es re re re re importante.. no puedo vivir sin saberlo.. a donde ibas por dios a donde iiiibaaaas!!!!
Esta bien.... Iba a.... a.... al trabajo porque paso un miércoles
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