Lo que nos puede pasar….

Sin ánimos de ofender a nadie he decidido realizar un punteo sobre la realidad que nos depara el futuro. ¿Por qué? Muy simple, porque envejecer es un hecho y su devenir nos adjudicará una categoría a la que no será fácil eludir. Pero veamos, esto va en tono jocoso y apunto a los casos que pueden resultar medianamente hilarantes, excluyo los deprimentes. Sabedlo desde ahora…

1) Anhelando y compartiendo
Este ítem es una dedicatoria a aquellos individuos con los que el paso de los años no ha sido generoso, su belleza se quedo en el pasado (si existió en algún momento) y son concientes de ello. Es ese “adulto mayor” que está tan pasado de maduro que se ha vuelto a quedar verde. Mira a las chicas o chicos que podrían ser sus bisnietos con miradas teñidas de libido, y si tiene confianza con sus congéneres comienza a formular preguntas de índole personal, extrañas, que cierran con un consejo sobre la vida y un cuento de orgías prehistóricas. Caso de no tener confianza, se reduce a un piropo subido de tono y un tanto repulsivo, una caída de ojos y una mano que se escurre a las zonas prohibidas.

2) Arqueados y con ganas de ser un Gnomo
Estarán también aquellos cuya estatura mermó en pos de adquirir una inclinación oblicua y una protuberante joroba. Suelen ir muy cargados y lo miran a uno con odio si no ofrece socorro, le golpean con violencia tras miradas inocentes si no cede su asiento, y murmuran por lo bajo si se desacata alguna norma social caduca. Sus mejores momentos se dan cuando están en una fila y consiguen contacto visual con quien está delante o detrás, allí comenzará una retahíla de insultos sin objetivo preciso, puede ser al cajero inoperante, al sistema capitalista opresor, al sistema comunista amenazador, a la tecnología con mente propia o la viejita que allá adelante esta pagando con mil monedas y que quien sabe de donde las saco, no como él, que las junta de todos sus vueltos porque sabe que el cajero las precisa.

3) Abusando y recordando
El mejor estado es aquel en el que el individuo adquiere una apariencia de enfermedad crónica, un malestar inexistente con el que juega y se divierte. ¿Se acuerdan de aquel personaje de Gasalla? Si, ese, la viejecita de la silla de ruedas que era mamá de Marta. Esa misma, Yolanda. A esos casos y no otros me refiero, es casi un poder mutante, es poder jugar con la mente de los demás sin cargo de conciencia, porque uno ya es viejo y se gano ese derecho. Que los jóvenes padezcan, se hagan cargo de nuestras responsabilidades que cuando no nos vean saldremos a romper la noche

Bueno, lo dejo por aquí. Si les causo gracia es fenomenal, caso contrario prometo mejorar para la próxima columna, ya pensé un tema y va a ser gigante…. O capaz que no, pero tendrán que leerlo para juzgarlo ;)