Lo bueno se hace esperar, lo malo, también

Mil días han pasado desde que hice la última columna, les cuento que tarde tanto porque mis seis personalidades tuvieron una larga discusión sobre cuáles se irían de vacaciones, quedaron tres, de modo que siendo persona a medias es lógico que mis patrones de comportamiento se vieran un poco alterados. Eso para excusarme nomás, ahora trataré de hacer una linda enumeración…

Enumeración simple: ¿Por qué los reyes magos andan en algo raro?

1) Son tres, eso implica que hacen el trabajo de Papá Noel tres veces más rápido, ¿cómo les puede llevar el mismo tiempo? Porque algo se quedan haciendo, vamos, no van los tres a todas las casas, a mi jamás me dejaron incienso, mirra y oro, una de las primeras dos solamente. De manera que en el tiempo restante deben de usarlo en algún lupanar o tugurio de mala muerte ahogando sus penas en alcohol barato.

2) Los camellos exigen “pasto” y “agua”, los renos no piden nada y eso que Rodolfo no tiene la nariz colorada de frío o felicidad. Es un tipo adicto, pero respeta las normas de convivencia. No como los patoteros de esos tres, que sino se cumple su pedido son capaces hasta de romper el arbolito. A un amigo le pasó, se levantó y lo encontró destruido, en los restos se leía “El próximo año mejor te acuerdas de nosotros” Huelga decir que la integridad de los regalos también se había visto vejada.

3) Hasta allí tenemos lo simple, lo evidente, pero para cerrar el asunto, pensemos, ellos no tiene una fabrica de juguetes, los consiguen “mágicamente”. Mírenlos bien, es mafia rusa, italiana y colombiana, los regalitos son su manera de lavar dinero enmascarándolos como llegados mágicamente del oriente. Es claro, su red de corrupción y coerción no tiene límites, ojo, mientras sigan dejándonos regalos que hagan lo que quieran. Tampoco voy a censurarlos, solo resalto lo que ya es sabido por todos.

Entonces, sin pena ni gloria me despido, hasta la semana que viene, promete ser más ingeniosa :D