Volvemos a enumerar

Hoy me toco hacer unos tramites burocráticos, si, de esos que nos gustan a todos. Los que inspiran frases del estilo “Pucha que vale la pena estar vivo” o “¡Cómo el Uruguay no hay!” Porque uno sale satisfecho de haber hecho las cosas bien, sale con la sensación del deber cumplido y se siente en contacto con seres humanos dignos y bien dispuestos.

De más está decir, que ese párrafo lleva un cartelito de ironía psicodélico, que si uno lo mira de frente, le rompe los ojos. Porque si hay una plaga que ha de acabar con la humanidad misma, esa es la burocracia… No hablo solo del círculo vicioso de los papeleos, sino también de la gente que se sienta tras un mostrador a comer bizcochos en vez de expedirlos. Te lo digo de corazón, si me atendiste y estas leyendo esto, ojala ese bizcocho estuviera podrido :P

Bien, pasemos a listar algunas fallas del sistema

1) Los horarios de invierno y verano
¿En serio? ¿Es indispensable que uno tenga que salir a hacer el trámite cuando el sol raja la tierra o cuando el frío congela la sangre? No viejo, no. Hazme ir temprano si hace calor y al mediodía si hace frío. Lo que hacen ahora, es anti-natural.

2) Empezamos a atender a las --- en punto
Si, claro, y los chanchos vuelan para traerle olor de rosas al mundo. Nada más que decir

3) ¿Cuándo llamaste te dijeron eso?
Si, las veinte veces que llame me dijeron eso, ahora, el hecho de que haya hablado contigo, ¿no te preocupa?

4) ¿Trajiste la foto carné?
No, lo que tienes en la mano es una caricatura, pasa que dibujo tan bien!!!!!

5) ¿Seguro que es este el trámite que tienes que hacer?
Es muy lindo de tu parte que me lo preguntes cuando me estoy yendo, me da paz mental y confianza en la buena voluntad de los seres humanos… ¿Me podes decir que otro trámite debería hacer? Uhhh, que lindo, tengo que hacer la cola de vuelta para preguntarte… Mal yo

En fin, disculpen si agarre el blog para descargas… Piensen que podía ser peor, podía haberles pasado a ustedes. Trataré de que no caer en esto nuevamente… Si, trataré, no me gusta prometer aquello que no se si podré cumplir.