domingo, marzo 25, 2007

De metafísica y de lugares comunes

Antes que nada quiero decir que creo en el pensamiento positivo, que el pensar en el éxito nos encamina hacia él. Sin embargo, mi creencia no es extremista, valido la postura de que uno debe actuar en el sentido correcto o de lo contrario los sucesos no se darán de la forma en que esperamos. Además, el pensar positivo nos ayuda a nosotros mismos, no envía ayuda celestial en nuestro socorro. ¿A qué viene esto? Es muy simple, ya lo van a ver…

El universo es una entidad de carácter malicioso y corrupto, busca vernos en el estado mínimo de desarrollo, coarta nuestras chances de triunfo y se regocija en nuestro fracaso… Es cierto, le pongo excesos de color, pero la idea es esa. Ahora, me ha tocado recientemente encontrarme con alguien cuya percepción es contraria. Hablo de una dulce viejecilla perteneciente a algún tipo de culto metafísico necesitado de adeptos.

Con una voz suave y delicada la señora planteaba como ante un problema alcanza con cerrar los ojos, pensar en positivo y ver como el universo se movilizaba en nuestro favor. “Pensar en positivo es recibir resultados positivos. Somos uno con el universo y él es uno con nosotros” En ese momento mi imaginación estaba desbocada, escuchaba su letanía con cierta apatía, me la imaginaba ante el fin del mundo, un inmenso meteorito al borde de destruir nuestra existencia y la viejita, tomada de la mano de sus seguidores, cerraba los ojos y gritaba “Va a estar todo bien”… Clushhhhhhh, el meteorito los aplasta. En ese momento me sentí culpable y volví a prestarle atención, el imaginar el destino final de alguien no suele ser algo agradable, le pedí disculpas a la viejita que estaba bajo el meteoro y me concentre en lo que decía la real.

A qué es así, ¿verdad mijo?” Ups, me perdí de algo importante… Y en esos casos, ¿qué se hace? ¿Se dice que si? ¿Se acepta un funesto destino, una propuesta indecorosa que ignora por completo? Obviamente se dice que no, pero ¿qué no? ¿El que nos deja en evidencia como ausentes de la conversa y nos pinta desinteresados, insensibles? ¿O el que nos convierte con su poder innegable en individuos deficientes que no son capaces de seguir o comprender la más simple de las argumentaciones? ¿Eh? Ah, ninguno. Entonces uno opta por decir “Mmm

Gran invento ese, nos hace ver profundos y meditabundos. Nos proporciona un garbo, un encanto envidiable. Además, nos sitúa en la zona franca de los comentarios, nadie sabe lo que opinamos y todos se ven obligados a seguir argumentando para convencernos por las dudas.

En fin, dejo por aquí los divagues, si la señora es abuela, madre, tía, hermana o pareja de alguno de ustedes, le mandan saludos y que no se preocupe, seguro que si cierra los ojos el universo la ayuda a que yo le preste más atención :P

lunes, marzo 05, 2007

# 25 - Sin pena ni gloria

Pensé en hacer una simple enumeración referida a mi fase nena, pero era adentrarme demasiado en un proceso de catarsis que no terminaría por ser bueno. Por lo tanto, decidí formular la columna en función de otros parámetros. Hablemos entonces de blancas palomitas…
Hoy, cinco de febrero de dos mil siete, en la República Oriental del Uruguay vuelven los niños a clases luego de sus vacaciones veraniegas. Curtidas por los crueles soles de enero y febrero, las pequeñas criaturas se abocan al estudio, llenos de ternura y anhelantes de conocimiento comienzan a formarse como ciudadanos de una sociedad próspera y floreciente.
¿La ven? Esa fue la última vuelta antes de pasarme de rosca. Siendo maduro y conociendo mis limitaciones me detengo antes. ¿Por qué? Bueno, porque en realidad era demasiado color el que le estaba dando al hecho de que los pendorchos ya no están todo el día en sus casas sino que además deberán “estudiar” y “hacerle” caso a su maestra. Si, entrecomillado, porque todos sabemos que las pestañas no se las queman leyendo (En algo se las queman, o al menos podemos decir que en algo piensan... Bueno, si, es cierto, pero estamos de acuerdo en que no estudian) y que a la pobre maestra le van a hacer la vida imposible en los próximos meses. Ella empezará el año llena de energías, renovada después de sus vacaciones en las termas, capaz que hasta se corto el pelo y consiguió un nuevo prendedor para su túnica. Pero esa fase le va a durara poco, la semana que viene ya irá sin prendedor, con buena predisposición, pero sin prendedor, no sea cosa que mate a un “angelito” con el alfiler.

Maestra, tú sabes que tienes nuestro apoyo moral, no más que eso, porque nuestra paciencia no es tan vasta ni nos interesa tanto tu salud mental.

Bien, ¿en qué íbamos? A si, los niños vuelven a clase, a enloquecer a sus maestras y los adolescentes al liceo, a padecer en manos de sus docentes (:P). ¿Qué nos deja eso? No deja padres con demasiado tiempo libre en sus manos, menos preocupados, felices de ya no ser los únicos responsables de las atrocidades que cometan sus retoños. Ojo, algunos llorarán en la puerta de la guardería al dejar a la criaturita, pero luego de un rato nostalgia y tristeza se ven suplantadas por un extraño y afable regocijo.
Ustedes dirán: “Mijo, pero si usted no es padre” O su equivalente un tanto más irrespetuoso. Y yo contestaré “A quién Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos” Aunque algunos les gusta decir que el karma les da vecinos que no tenían televisión.